Sobre el arte de navegar por la vida
En los antiguos barcos d madera y bronce la operación de la carga, la estiba del buque, constituía una operación delicada pues de la distribución correcta del peso dependía después la velocidad y la facilidad de gobierno en la travesía. Y es que en barcos como en personas, el lastre pesa. Pero, a la vez, esa mercancía es comercio, subsistencia o botín en abordaje de aventura y hay que contar con ella en el viaje. Por mucha lona de sueños que nos atrevamos a desplegar, habremos de atender las bodegas, buscando el equilibrio que mantenga a nuestro navío, con un adecuado centro de gravedad. (Pepa Arcay)
Sobre el apoyo mútuo
En el continente americano crecen las secuoyas. Gigantescos árboles cuyas raíces apenas penetran en la tierra. Aún así, los vientos huracanados no logran derribarlos. Porque las secuoyas crecen en grupos y sus raíces se enredan entre si, de manera que cuando el viento sopla fuerte se sostienen unos a otros. Todo un ejemplo a seguir para la familia humana. (Pepa Arcay)
Sobre segundas oportunidades
Dicen que, en una pequeña población italiana llamada Orasso, durante gran parte del invierno pueden observarse diariamente dos amaneceres y dos anocheceres. Fenómeno visual provocado por una montaña vecina de 2000 metros, el monte Riga, que se muestra con elevaciones separadas por grandes depresiones. Cuando el sol aparece por vez primera, lo hace sobre uno de los valles, y hacia el mediodía desaparece tras uno de los picos, causando el primer ocaso que obliga a encender las luces. El sol reaparece al llegar a la segunda hondonada, dejando pasar de nuevo la luz natural y provocando un nuevo amanecer hasta que al caer la tarde desaparece por el resto de la noche, detrás de la segunda colina. A veces, cuando algún aspecto de la vida se vuelve a iluminar a mi alrededor, o cuando de nuevo parece que todo se ensombrece, pienso en el paisaje de Orasso. Creo que existen las segundas oportunidades, solo que hay que tener la perspectiva adecuada para descubrirlas y la confianza necesaria para esperarlas. (Pepa Arcay)
Sobre como contemplamos la vida
En cierta ocasión hice una visita guiada en un museo. Fui siguiendo al guía por las primeras salas como un perrito confiado, pero la curiosidad, y el asombro fue ralentizando mi paso, hasta que tuve la sensacion que creo debe tener un cachorrillo cuando siente que le tiran de la correa, mientras olfatea cada recodo o farola. Entonces, oí decir: ¡Vamos, dense prisa¡ ¡Si se detienen a mirar cada cosa, no nos dará tiempo a ver nada¡ En ese momento supe que los guías no eran santo de mi devocion, a pesar de que su actuación acababa de iluminarme. Pues tuve la certeza entonces, y hasta ahora, de que la calidad del recorrido de la vida, al menos para mí, no se mide por la velocidad del paso ni se rige por itinerarios valorados por otros. Camino pensando que todo lo que podemos ver, esta esperando que lo miremos y me gusta reconocer el terreno dejándome sorprender por pequeñas maravillas que despiertan mi admiración. Y voy haciendo camino ...(Pepa Arcay)
Sobre ser útil
Dicen las enciclopedias que la hembra del escarabajo podador trepa a las mimosas, se arrastra hasta el extremo de una rama, hace una fisura en la corteza y deposita allí los huevecillos. Luego regresa al centro de la rama y perfora un anillo alrededor, profundizando sólo lo suficiente para detener la circulación de la sávia. La rama no tarda en morir y cae al suelo, con los huevecillos de escarabajo todavía en su interior. Al poco tiempo nacen las larvas. Después los escarabajos adultos ocupan una nueva mimosa para repetir el ciclo. Segun parece, gracias a esta poda, el árbol llega a vivir de cuarenta a cincuenta años, y elabora un perfume muy especial para atraer más escarabajos podadores de mimosas. Me gustan estos ejemplos de la naturaleza porque me recuerdan que aunque cada cual es único, no estamos aislados. Pertenecemos a la vida que nos abarca y nos anuda en una misma red. Desde esta perspectiva, ser, ya es mucho. Es, consciente o inconscientemente, ser útil. Contribuir a que la vida vaya siendo. (Pepa Arcay)
Del son de la vida y su compás
En algún momento, el viento mece unas ramas y el árbol de tales ramas ofrece su canto. Un constructor de violines se propone la tarea de devolver al don de la música, a un trozo de madera de arce. Utiliza una gubia para ahuecar el interior, y de tanto en tanto se lleva el material al oído y le da un golpecito con el dedo, tratando de oír una nota. Un músico de jazz está logrando el gozoso abandono en el swing de una melodía. Un profesor de física explica la vibración, en el corazón de la materia. Y algún alumno poeta piensa en la música de las esferas y en las rimas. Un meditador canta un mantra y se descubre como instrumento de resonancia. Del viento a la rama, de la rama al bosque, del bosque a su silencio, de allí al maestro constructor del instrumento, al concierto, al ruido de muchos pensamientos, y columpiándose entre el trino, y el latido, en la furia del trueno, en la expresión de un sentimiento, en el sordo dolor, en la risa, suena y calla la vida. Y todo vibra en ese compás. (Pepa Arcay)