El esfuerzo correcto
Un hombre decidió cavar un pozo en un terreno que poseía. Eligió un lugar y profundizó hasta los cinco metros, pero no encontró agua.
Pensando que aquel no era el sitio idóneo, buscó otro lugar y se esforzó más, llegando hasta los siete metros, pero tampoco esta vez halló agua. Decidió probar una tercera ocasión, en distinto lugar, y cavar aún mucho más, pero cuando llegó a los diez metros, concluyó que en su terreno no había agua, y que lo mejor era venderlo.
Un día fue a visitar al hombre al cual había vendido el terreno, y se encontró con un hermoso pozo.
- "Amigo, mucho has tenido que cavar para encontrar agua. Recuerdo que yo piqué más de veinte metros, y no encontré ni rastro", dijo el recién llegado.
- "Te equivocas", contestó el aludido. "La verdad es que yo sólo cavé doce metros, pero a diferencia de ti, siempre lo hice en el mismo sitio."
El arquero y la luna
Un arquero quiso cazar la luna. Noche tras noche, sin descanso, lanzó sus flechas hacia el astro. Los vecinos comenzaron a burlarse de él. Inmutable, siguió lanzando sus flechas. Nunca cazó la luna, pero se convirtió en el mejor arquero del mundo
(Alejandro Jodorowsky)
El burro en el pozo
Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de buscar algo que hacer. Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas; que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo.
Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo. El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró horriblemente. Luego, para sorpresa de todos, se aquieto después de unas cuantas paladas de tierra.
El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio... con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble: se sacudía la tierra y daba un paso encima de ella. Muy pronto todo el mundo vio sorprendido como el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando...
El tesoro en el viñedo
Un anciano labrador dueño de un viñedo tenía tres hijos. A ninguno le gustaba el trabajo y habían confiado su vida a la buena suerte. Como el anciano estaba por morir, los llamó y les dijo:
- “Les voy a revelar un secreto... en mi campo, cerca de alguna de las vides, hay enterrado un tesoro, a poca profundidad... si lo encuentran, los tres podrán vivir cómodamente”.
A los pocos días murió.
Los hijos repartieron la tierra en partes iguales y comenzaron a cavarla. No contrataron peones para no correr riesgos.
Fue un trabajo lento y prolijo en el que daban vuelta a cada terrón.
Tardaron un mes y medio y no encontraron nada. Cambiaron los lotes y repitieron la operación sin hallar nada. Otra vez rotaron las parcelas con igual resultado. Pero al cabo de cuatro meses, descubrieron que las vides estaban cargadas de enormes racimos de uvas.
Como la tierra había sido removida con tanta dedicación, la cosecha fue muy abundante y les dio una ganancia superior al valor del tesoro que buscaban.
Así que descubrieron que, si repetían el esfuerzo todos los años, podrían vivir cómodamente.
El tesoro estaba en la tierra, pero había que buscarlo de otra manera.
Las dos ranas
Esta es la historia de dos ranas que saltaron dentro de un cubo de nata en una lecheria.
Mas vale que nos demos por vencidas, grazno una de ellas mientras se esforzaban en vano por salir, ...
Estamos perdidas. Sigue nadando, dijo la otra,... Saldremos de alguna manera.
Es inutil, chillo la primera: Es demasiado espeso para nadar, demasiado blando para saltar, demasiado resbaladizo para arrastrarse. Como de todas maneras hemos de morir algun dia, mejor que sea esta noche.... Y dejandose caer, perecio ahogada.
Su amiga siguio nadando y nadando sin rendirse. Y, al amanecer, se encontro sobre un monton de mantequilla que ella misma habia batido. Y alli estaba sonriente , comiendose las moscas que acudian en bandadas de todas direcciones.